En
esta entrada continuaremos con la lista de pintores que comenzamos en
la anterior entrada. Se trata también de cinco pintores famosos que
realizaron grandes obras pese a su enfermedad.
Decir
en esta entrada que no hay ninguna relación entre la esquizofrenia y
el arte. Si la persona tiene dotes artísticas puede condicionar su
obra, ya que si se modifica su percepción del mundo, se puede
traducir en el mundo artístico. La esquizofrenia condiciona,
predispone el arte.
1.
JOSEF GREBING (1879-1940)
Este hombre de negocios de Magdeburgo (Alemania) se vio sorprendido por su enfermedad mental. En sus libros antiguos de contabilidad expresaba sus dibujos, tablas con extraños elementos, calendario y enigmáticos listados con números. Sus obras (también recogidas en la Colección de Prinzhorn) buscaban el orden y la armonía. Su lógica ordenada conduce al absurdo.
Los
nacionalsocialistas alemanes denominaron a estas obras, que fueron
expuestas entre 1937 y 1941, como “arte degenerado”. Incluso, los
nazis quemaron en 1939 más de 4.000 obras de la Colección Prinzhorn
y exterminaron a multitud de enfermos mentales de centros
psiquiátricos.
Sin
embargo, para los surrealistas, que incluso visitaban los centros
psiquiátricos, fue una gran fuente de inspiración en sus obras;
eran como la “Biblia”.
Tanto es así, que la colección de Prinzhorn influyó en máximos exponentes del arte como Salvador Dalí, Pablo Picasso o Max Ernst.
Tanto es así, que la colección de Prinzhorn influyó en máximos exponentes del arte como Salvador Dalí, Pablo Picasso o Max Ernst.
El escritor y teórico surrealista francés André Bretón quería descubrir los sentimientos más profundos de estos seres humanos. Para ello, junto con Jean Paulhan, creó en 1948 la compañía del Arte Bruto en París; lo que hizo fue adaptar la técnica de Sigmund Freud, "la interpretación de los sueños».
2.
ALOÏSE CORBAZ (1886-1964)
La
suiza Aloïse Corbaz emigró a Alemania con 25 años para trabajar
como institutriz particular. Pronto fue contratada como educadora
infantil por Guillermo II, el último emperador alemán con el que
viviría en el castillo de Postdam. Esta artista marginal se enamoró
locamente del káiser, tanto es así, que le escribía poemas. En
1914, cuando se produjo la declaración de guerra, volvió a Lausanne
con su familia. En 1918 le diagnosticaron esquizofrenia; desde ese
año estuvo en un centro psiquiátrico donde comenzó a pintar hasta
el último día de su muerte.
Los
soportes en los que pintaba eran muy variados y aprovechables, desde
papeles que recogían en el baño, hasta tela, páginas de revistas o
cajas de cartón. Su obra es erótica, colorida, recargada y
extravagante. En ella se recogen multitud de figuras humanas sobre
todo, de mujeres con curvas y pelucas flotantes.
3.
MARTÍN RAMÍREZ (1895-1963)
Este
pintor autodidacta mexicano pasó las últimas tres décadas de su
vida recluido, en silencio, en un centro psiquiátrico en el norte de
California. En 1930 le diagnosticaron esquizofrenia, depresión
aguda, catatonia y psicosis. Fue entonces cuando comenzó a pintar de
manera habitual.
Sus
dibujos se caracterizan por la inventiva gráfica, la manipulación
espacial (obsesionado por las puertas, arcos, los espacios vacíos) y
la mezcla de la cultura popular mexicana con la experiencia del
artista.
Martín
Ramírez está considerado, por su originalidad, como uno de los
mejores pintores autodidactas del siglo XX.
4.
LOUIS WAIN (1860-1939)
No
todos los enfermos mentales proceden del «arte bruto» hay algunos
que tienen formación artística y durante la enfermedad, en sus
obras, se ha visto un proceso.
Es
el caso de Louis Wain, más conocido como el pintor de los gatos. A
lo largo de su vida los pintó antropomórficos, de todas las formas,
expresiones, tamaños y colores.
A
los 57 años, le detectaron esquizofrenia progresiva y autismo. Los
últimos 15 años de su vida los pasó ingresado en un centro
psiquiátrico. No dejó de dibujar, pero, con el paso de los años,
sus gatos cada vez iban deformándose con expresión de alarma y con
colores más llamativos, síntoma del progreso de su enfermedad.
5.
WILLIAM KURELEK
Este
artista canadiense vivió con sus padres, inmigrantes ucranianos, en
una granja, pero durante la Gran Depresión la perdieron. A pesar de
que su familia se dedicaba a la tierra, Kurelek siempre se sintió
atraído por la expresión artística. Tanto es así que estudió en
dos escuelas de arte en Toronto y en México, y también escribió
varios artículos.
Cuando
vivía en Inglaterra, con 25 años, le detectaron esquizofrenia, y
desde ese momento ingresó en un hospital psiquiátrico en Londres,
en el que pintó su obra más famosa, “The maze” (“El
laberinto”), donde nos enseña sus problemas psíquicos y tristes
pensamientos.
El
presidente del departamento de Psiquiatría de la Universidad de
Heidelberg (1933-1945), Carles Scheneider explicó que en las
producciones creadoras de los esquizofrénicos puede reconocerse “que
la unidad inferior de la conciencia no es abolida durante el curso de
la enfermedad esquizofrénica, sino que sólo es transformada”
porque “si fuese de otro modo, en la esquizofrenia sería imposible
cualquier tipo de creación artística”, cita recogida en el libro
“Esquizofrenia y Arte” de Leo Navratil.
Me parece muy interesante, la verdad no sabía que hubiese tantos pintores esquizofrénicos. Un saludo
ResponderEliminarMe ha llamado especialmente la atención la distorsión de la forma de los gatos pintados por Louis Wain a medida que evolucionó su enfermedad. Se pueden apreciar claramente los efectos de su trastorno sobre su pensamiento.
ResponderEliminarInteresante
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