miércoles, 14 de noviembre de 2012

¿Hay diferencias de género en la esquizofrenia?


La existencia de un mayor riesgo de padecer esquizofrenia en varones que en mujeres, señalada ya por Kraepelin, ha sido una cuestión controvertida.
Históricamente se aceptaba que la incidencia y la prevalencia de la esquizofrenia no mostraban diferencias entre varones y mujeres; estudios más recientes, sin embargo, sugieren que hay diferencias de género en el riesgo de padecer la enfermedad.
Un metaanálisis de Aleman halló una ratio varón/mujer de 1,42, y también evidenció que con criterios más restrictivos para el diagnóstico de la esquizofrenia, el número de mujeres excluidas de la definición era mayor que el de varones.

Las diferencias en la edad de inicio es el hallazgo más replicado en los estudios sobre las diferencias de género en la esquizofrenia. La mayor parte de los varones desarrolla la esquizofrenia entre los 15 y 25 años. Para las mujeres el período de inicio máximo está entre los 15 y 30 años, con otro pico de inicio de la enfermedad entre los 45 y 50 años (coincidiendo con la posmenopausia). Las diferencias de género en la edad de inicio también han sido replicadas en diversas culturas y utilizando diversos sistemas diagnósticos.
Las mujeres tienen más riesgo familiar de esquizofrenia, y además se ha hallado que las diferencias de género en la edad de inicio no existen en el subgrupo de pacientes con historia familiar de esquizofrenia.
El riesgo de complicaciones obstétricas en función del género es una cuestión controvertida, aunque la mayoría de estudios evidencia que en los varones es más frecuente. Además, Gureje y Badimele encontraron que las mujeres con una edad de inicio temprana habían tenido con más frecuencia complicaciones obstétricas que las mujeres con una edad de inicio tardía, mientras que los varones, con una edad de inicio temprana o tardía, habían presentado complicaciones obstétricas con una frecuencia similar.

Los estudios que analizan la influencia del género en la sintomatología hallan resultados controvertidos, ya que no todos los estudios encuentran diferencias. Cuando se encuentran diferencias, lo son en el sentido de que las mujeres tienen más síntomas afectivos y menos síntomas negativos que los varones.

Por lo que respecta al pronóstico del trastorno, la mayoría de estudios ha hallado que tanto el curso de la enfermedad medido en número y duración de ingresos a corto plazo (hasta 10 años), como el funcionamiento social medido con variables sociodemográficas, o elestado civil y la situación laboral, así como con escalas específicas son más favorables en mujeres.
Otras diferencias que se han encontrado en diversos estudios, y que es necesario a tener en cuenta respecto a la evolución del trastorno, son que las mujeres tienen un mejor funcionamiento premórbido; han estado expuestas a más acontecimientos vitales y presentan una menor frecuencia de abuso de tóxicos.

1 comentario:

  1. Siempre había pensado que no existía ningún tipo de diferencias de sexo en este tipo de enfermedades. Muchas gracias por la información

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