miércoles, 7 de noviembre de 2012

Otro tipo de desorden mental: TDA


Trastorno de Déficit de Atención

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad es uno de los trastornos más importantes de la psiquiatría y psicopatología infantil. En general los síntomas más habituales so la inatención, es decir, la dificultad para mantener la atención, especialmente en situaciones de baja estimulación. La hiperactividad, falta de inhibición o control cognitivo sobre los impulsos que se asocia con una gran inquietud motora y finalmente impulsividad, falta de control sobre los impulsos.
 
Cuando se diagnostica este trastorno por un psicólogo especializado en niños, la mayor preocupación de los padres es tratar las necesidades educativas del niño. La sensibilización, información y la interención adecuada asegurarán el correcto tratamiento del trastorno. Es muy importante para el niño adaptar los espacios, actividades, horarios y profesorado especializadoa sus necesidades, ya que de otra forma es muy dificil  ayudar al niño.
Hay que tener muy claro que el TDAH o TDA no es un retraso mental ni ningún tipo de falta de inteligencia. Esta falsa idea ha surgido porque las dificultades de la atención pueden incidir negativamente en el rendimiento académico. Este trastorno puede darse en personas con cualquier nivel de inteligencia.
 
Este trastorno tiene un componente genético muy importante que determina hasta el 75% de los casos. Sin embargo, los factores biológicos no genéticos y los factores ambientales tienen una gran importancia en su desarrollo y especialmente en la forma de manifestarse. Aunque su presencia en algún miembro de la familia es un factor de riesgo para los descendientes, no todos los niños con TDA tienen antecendentes familiares.
 
En cuanto a su evolución se sabe que el niño con TDAH no va a dejar de serlo nunca, dado queno se puede hacer que desaparezcan las causas de su trastorno, que se debe a una alteración que afecta a la maduración de algunas de sus funciones mentales y a su desarrollo. Sin embargo, es posible reducir o eliminarl as consecuencias negativas o síntomas que produce este trastorno.
Un buen tratamiento, aplicado  desde muy temprana edad puede evitar los déficits en las capacidades afectadas y en el proceso de aprendizaje. En la mayor parte de los casos tiene gran peso el tiempo de evolución del trastorno que estuvo sin tratamiento.
 
Muchos de los adultos con TDAH han compensado sus deficiencias y han aprendido a controlar las consecuencias negativas, que no constituyen un impedimento importante en el desarrollo de buena parte de su actividad. Sin embargo, otros no han desarrollado adecuadamente algunas de las facetas básicas de la persona, sufriendo trastornos de la personalidad, alteraciones emocionales graves, problemas afectivos o laborales, mayores tasas de accidentes de tráfico, dificultades en las relaciones sociales...





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