domingo, 11 de noviembre de 2012

¿Qué hacer frente a una crisis psicótica?



En primer lugar es importante saber que:

Muy raras veces la persona enferma pierde repentinamente el control total de su mente, sus emociones o de su comportamiento.
 
Generalmente, la familia o los amigos cercanos a la persona enferma pueden observar con anticipación síntomas indicadores de una posible crisis: falta de sueño, dedicación ritual a ciertas actividades, desconfianza, explosiones inesperadas de mal humor, etc. Durante estas fases primarias de la enfermedad, a veces se puede prevenir una crisis total. Pero mientras más psicótico se vuelva el paciente, hay menos esperanzas de tener éxito en los esfuerzos que se realicen para intentar superar la crisis.
 
Frecuentemente, la crisis es el resultado de que el paciente haya dejado de tomar sus medicamentos. Si este es el caso, debe intentarse que  el paciente  acuda al médico y vuelva así a tomar sus medicamentos.
 

Durante una crisis:
 
Recuerde que la persona enferma probablemente se siente aterrada por haber perdido el control mental y emocional.
 
Durante estados de crisis, el paciente escucha voces, siente que diferentes objetos le están hablando, tiene alucinaciones, etc.
 
Estas manifestaciones de la enfermedad pueden aumentar el pánico del paciente. Por ejemplo, las voces que el paciente escucha pueden estarle dando instrucciones para amenazar seriamente su vida; estos mensajes pueden venir de las lámparas o la mesa; el paciente puede ver la sala llena de vapores venenosos u otros peligros; puede que vea culebras entrando por las ventanas.
 
 
¿Qué hacer?
 
En situaciones extremas, el paciente puede tratar de actuar de acuerdo a las alucinaciones que está sufriendo; por ejemplo, puede romper las ventanas para acabar con las culebras.
 
Usted debe aceptar que el paciente está pasando por un estado de alteración de la realidad.
 
Mantenga la calma. Recuerde que su tarea principal es ayudar a que el paciente recupere el control, y no el agitar aún más la situación.
 
Pida ayuda profesional.
 
Si está solo con el paciente, llame a alguien para que se quede con usted hasta que llegue ayuda profesional.
 
No amenace ya que el paciente puede interpretar la amenaza como una demostración de poder, lo cual aumentará su temor o lo incitará a la agresión.
 
No grite porque si parece que el paciente no le está escuchando, recuerde que esto puede ser porque probablemente, hay otras voces que están  predominando. Si usted grita, puede asustar o provocar al paciente.
 
Hable con calma y en voz baja usando frases sencillas.
 
No critique. En este caso, la crítica sólo empeora la situación.
 
No riña con el resto de la familia sobre las mejores estrategias para resolver la situación o sobre quién es culpable de lo que está sucediendo. Este no es el momento apropiado.
 
No incite al paciente a que cumpla sus amenazas; esto puede traer consecuencias trágicas.
 
Si el paciente está sentado, no se pare frente al paciente. Siéntese.
 
Evite el contacto visual directo y continuo con el paciente y evite tocarlo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario