jueves, 1 de noviembre de 2012

Suicidios y patología psiquiátrica


El 80% de los casos de suicidio se asocia a un cuadro de depresión, esquizofrenia, trastornos de la personalidad o drogodependencia. 


Expertos de la Asociación Española de Psiquiatría Privada, señalan que sufrir alguna de estas enfermedades aumenta el riesgo de las conductas suicidas en un 10%. "El suicidio ha existido siempre y los datos de los que disponemos revelan escasos cambios en su incidencia en décadas", ha señalado el doctor Salvador Ros, presidente de la ASEPP, que ha celebrado en Valencia su V Reunión Nacional.

El suicidio tiene una fuerte relación con la enfermedad mental. Esta asociación se ha valorado por los estudios de autopsias psicológicas de series consecutivas de suicidios. Estos estudios han mostrado que un 90% de los suicidios tenían uno o más trastornos psiquiátricos y que a mayor número de patologías, mayor riesgo de suicido.
El riesgo de suicidio es mayor en la fase temprana de la enfermedad y en los primeros seis meses, tras el alta de un ingreso psiquiátrico.

Los trastornos afectivos y sobre todo el trastorno depresivo mayor es el trastorno psiquiátrico que más se relaciona con el suicidio. En el meta-análisis, se obtiene como resultado que la depresión mayor aumenta 20 veces el riesgo de suicidio, el trastorno bipolar 15 y la distimia 12.
El riesgo es especialmente mayor al comienzo o al final del episodio depresivo, ya que en la fase de estado, el retardo psicomotor y la inhibición bloquean el paso a la acción.
Clásicamente, se consideraba que un 15% de los pacientes con un trastorno depresivo mayor se suicidaban. Posteriormente, se han cuestionado estas proporciones, considerándose excesivas.

Más concretamente, centrándonos en la esquizofrenia, se han descrito tasas de suicidio de hasta un 10%. En un estudio, encuentran en su trabajo 8,5 veces más riesgo de suicidio en pacientes esquizofrénicos que en la población general.
Los pacientes con esquizofrenia comparten algunos de los factores de riesgo de la población general: ser hombre, blanco, estar deprimido, soltero, desempleado, vivir solo o estar aislado socialmente. También existen factores específicos para la esquizofrenia como: ser joven, haber tenido numerosas recaídas con alto número de ingresos psiquiátricos y deterioro social, laboral y sexual por la enfermedad.
Otro aspecto a tener en cuenta es el uso de los neurolépticos. Tras su introducción, los estudios orientaban a que podía aumentar el riesgo de suicidio, sobre todo por sus efectos secundarios: acatisia o rigidez. Sin embargo, otros estudios o los realizados con los antipsicóticos atípicos, con menos efectos secundarios, demuestran que pueden reducir el riesgo de suicidio.

Estas patologías representan para los psiquiatras un factor predictivo importante de una situación que, en general, resulta muy complicada de prevenir. Según Ros, "aunque casi el 60% de los pacientes suele comunicar a su familia o al médico en los días o meses antes su deseo de morir, su manejo es difícil".



De hecho, la hospitalización continuada o en una unidad de crisis o en un centro de día no garantiza la prevención del suicidio. No en vano, y a pesar de esta atención especializada, un porcentaje significativo de suicidios se registra en los centros hospitalarios. "Por ejemplo, el paciente con un cuadro de esquizofrenia suele intentar el suicidio en las 24 horas siguientes al ingreso del hospital", explica el Dr. Ros.



Durante años, han sido los mayores de 65 el principal grupo de riesgo; sin embargo, en fechas recientes ha surgido otro colectivo en los que estas tasas han aumentado, los jóvenes. De hecho, el suicidio constituye actualmente la principal causa de mortalidad entre adolescentes. Mientras que en el caso de las personas de edad avanzada, este tipo de conductas está asociado a la soledad o la enfermedad, en los jóvenes se debe al consumo de drogas.

1 comentario:

  1. Esto me parece algo muy importante ya que, generalmente se discrimina, se margina y se teme a los enfermos mentales, como por ejemplo a los esquizofrénicos, por su posible conducta violenta o agresiva hacia su entorno, cuando en realidad las tasas de suicidios entre estas personas son mucho más elevadas, y en muchas ocasiones debido a la depresión que le ocasiona ese rechazo.

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