Tipos de tratamiento.

Existen dos tipos de tratamiento: Medicación y psicoterapia e intervenciones psicosociales.

MEDICACIÓN

Los tratamientos farmacológicos basados en los antipsicóticos lo que hacen es controlar los episodios psicóticos o brotes reduciendo los efectos de las sustancias químicas en el cerebro y actuando así a nivel de los receptores. Los antipsicóticos convencionales, llamados típicos, son los más antiguos y lo que hacían era reducir los niveles de una sustancia química, un neurotransmisor que se conoce como dopamina. Se pensaba que esto provocaría una mejoría de los síntomas positivos en cambio, frente a los síntomas negativos no era tan eficaz y estaba asociado también a molestos trastornos del movimiento. Los antipsicóticos atípicos, ya más actuales actúan sobre la dopamina pero también sobre otras sustancias químicas como la serotonina. Debido a esta doble acción tiene efectos sobre una variedad más amplia de síntomas y además se asocia a menos efectos secundarios.

 

En los últimos años, los nuevos enfoques se centraron en el desarrollo de formas de acción más prolongada para este tipo de fármacos. El objetivo era mejorar el tratamiento de la esquizofrenia y hacerlo más cómodo para los pacientes. Algunos antipsicóticos pueden ser sedantes, pero el efecto de los antipsicóticos no está necesariamente relacionado con su capacidad sedante, los antipsicóticos no tienen que sedar a un paciente para surtir efecto.

 

PSICOTERAPIA E INTERVENCIONES PSICOSOCIALES

 

La psicoterapia y las intervenciones psicosociales pueden ayudar a las personas a convivir con su enfermedad, identificando modos de sobrellevarla psicológica y socialmente.  Existen muchos tipos de terapias psicosociales y tienen enfoques diferentes. La psicoterapia puede plantearse de forma individual en encuentros con profesionales de la salud mental o en grupos en los que participe también la familia del paciente. Es cada vez más frecuente que los equipos de salud mental usen este tipo de terapias.

 

 

Psicoterapia: Tratamiento de trastornos emocionales y mentales utilizando medios verbales en lugar de fármacos. Es importante compartir experiencias con una persona capacitada y hablar de la situación del paciente con alguien externo. Esto puede ayudar a la persoa esquizofrénica a entenderse mejor y a descubrir formas de tratar su afección.

 

Rehabilitación: Muchas personas esquizofrénicas pueden superar sus dificultades gracias a programas centrados en la resolución de problemas. Encontrarse con otras personas que también se están recuperando puede suponer también una gran ayuda.

 

Psicoterapia individual: Esto implica charlas regularmente entre paciente y psiquiatra, psicólogo o un miembro del personal de enfermería. Las terapias se pueden centrar en aspectos como los problemas, experiencias, pensamientos o sentimientos del paciente. Dependiendo del tipo de terapia puede resultar más adecuado para determinadas personas que otros, y no todas las personas con esquizofrenia encuentran últiles estas opciones.

 

Terapia cognitivo conductual: Este tipo de terapia ayuda a algunas personas a pensar en cómo se ven a si mismas, a otras personas y en general al mundo que les rodea. Estudia cómo las acciones pueden afectar a los pensamientos y a los sentimientos de las personas. Esta terapia puede contribuir a cambiar el modo en que el enfermo piensa y lo que hace, ayudándole a sentirse mejor. La terapia cognitivo conductual se centra en problemas y dificultades del instante, busca formas de mejorar el estado mental actual de la persona.

 

Educación familiar: Las personas con esquizofrenia a menudo reciben el alta hospitalaria para ser cuidadas por sus familiares. Es importante que estos aprendan todo lo que puedan sobre la enfermedad para entender las dificultades y los problemas que pueden estar asociados. También es útil que los miembros de la familia aprendan formas de reducir las posibilidades de recaida del paciente.